Al finalizar el siglo XVIII, Teocaltiche fue azotado por hambrunas, sequias y enfermedades que diezmaron la población y para 1794 se redujo considerablemente. Con el advenimiento de los Borbones en España y sus nuevas leyes para las Indias Teocaltiche dejó de ser Alcaldía y fue agregado a la Ex Alcaldía de Lagos.
Se tuvieron también importantes inmuebles civiles como el colegio para niñas internas conocido como el Beaterio cedido en 1808 por el Obispo Don Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, además en 1833 a la muerte de Don Manuel de la Mazuca legado importantes edificios para la instrucción de la niñez y de la salud teocaltichense.
A principios de este siglo, Teocaltiche se recupera y nuevamente vuelve a estar en auge, pues nace como uno de los principales productores de textiles de lana. Esto generó un gran comercio con la región, pues para 1803 según el informe proporciona- do por el intendente del Reyno de la Nueva Galicia, Señor Don Fernando de Abascal y Sousa, menciona que los distritos de Teocaltiche y Autlán eran los principales, produciendo en sus talleres 240,000 piezas de manta, 401de cambaya; 1,306 colchas y 3,900 docenas de rebosos. Los géneros más conocidos eran los sayales (tela basta de lana), las jergas y jerquetillas (confecciones gruesas y delgadas pero toscas del mismo producto), los cortes de mangas para trajes, las frazadas (mantas) y principalmente los sarapes, además que todo esto era distribuido por todo el Reyno. Otras artesanías que ya se producían eran los sombreros de palma o paja, artículos de madera y hueso entre muchas otras.
Para el 8 de octubre aparecía en la región un grupo rebelde comandado por el nochistlense Don Daniel Camarena a quien se le sumó gente de Teocaltiche. En 1811 en una entrada a Teocaltiche el Cura “chicharronero”, José Francisco Álvarez, provocó estragos degollando a algunos españoles (criollos) entre quienes se encontraban Don Juan José González Laris y su hijo Miguel, Don Ramón Ordorica y un señor de apellido Morán, además mandó quemar la casa que fue morada de Don José María González de Hermosillo precursor de la Independencia de México en el norte del país. Debido a estas atrocidades, gran parte de los habitantes de este pueblo tuvieron que huir a Aguascalientes, al ser desalojados de sus hogares y expulsados sin piedad. Para el 27 de septiembre de 1821 se festeja la conclusión de la Independencia.
En marzo de 1824, el pueblo de Teocaltiche consiguió categoría de Villa y se constituyó en uno de los 26 departamentos en que se dividió el estado de Jalisco.
Tras los disturbios ocasionados por las distintas revueltas después del inicio de la Independencia y de su culminación, el obispado de Guadalajara echa a andar uno de los más ambiciosos proyectos, la construcción de lo que sería la sede de la nueva diócesis en Teocaltiche. En el año de 1845, se coloca la primera piedra de una de las construcciones más emblemáticas de toda la región debido a su monumentalidad y estilo neoclásico íntegro, la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores. Para 1898, se concluyen los trabajos quedando pendiente la construcción de las torres.
Terminada la Guerra de Reforma en 1860, se pugnó por un viejo y reiterado anhelo, obtener el rango de ciudad, ya que Teocaltiche reunía con amplitud todas las condiciones para ello. Por decreto del Congreso el 22 de noviembre de 1861, se le concedió a Teocaltiche el título de Ciudad bajo el gobierno del gran jurisconsulto licenciado Don Ignacio Luis Vallarta.
Aún no pasaba la euforia del feliz acontecimiento de haber ascendido Teocaltiche a la categoría de ciudad, cuando Don Manuel Doblado mandó formar guerrillas que resistieran a los franceses, cuya invasión se temía por si llegaban a romperse las negociaciones (del Tratado) de la Soledad. El encargado de ese propósito fue Romualdo N., conocido como “El Caimán” quien en lugar de defender la ciudad armó su gavilla de las guerrillas asaltando a la población. El 20 de enero de 1862 es derrotado por los teocaltichenses.
El 29 de enero de 1864, Teocaltiche es defendido por 400 de sus pobladores contra los 2,000 hombres invasores de los cuales 1,200 eran franceses y 800 mexicanos. Los jefes defensores fueron Ramón Martínez, Don Luis Felipe Jáuregui, Don Gil Mendoza y Don Cruz Ramírez.
El 29 de enero de 1864, Teocaltiche es defendido por 400 de sus pobladores contra los 2,000 hombres invasores de los cuales 1,200 eran franceses y 800 mexicanos. Los jefes defensores fueron Ramón Martínez, Don Luis Felipe Jáuregui, Don Gil Mendoza y Don Cruz Ramírez.
En 1870 es creado el 11o Cantón con las municipalidades de San Miguel, Jalostotitlán, Mexticacán y la Encarnación, siendo Teocaltiche la cabecera.
Para finales del siglo XIX, se produjeron avances económicos y tecnológicos mediante la instalación de la primera gran imprenta, la introducción del telégrafo eléctrico, fábrica de relojes públicos para iglesias, fábricas de jabón, represas como la de La Calera, fábricas de ajedreces en madera y hueso y sarapes.
De 1895 a 1899, Don Severo López Arámbula fue el pionero en la fabricación de sarapes en Teocaltiche, además se fabricaban cobijas y jorongos. A la edad de 14 ó 15 años, intenta hacer algo más fino, delicado y con un sinnúmero de colores y con materiales diferentes, que lo llevó a crear lo que ahora conocemos como el sarape teocaltichense, logrando mantener una producción elevada y dando trabajo a una multitud de personas, logrando hacer exportación a nivel mundial. De los artesanos que emigraron y llevaron consigo su caudal de conocimientos fueron los señores Fermín y Refugio Alvarado, entre otras familias, quienes se marcharon para las ciudades de Saltillo, Guadalajara, Aguascalientes, entre otras.
En la primera década del siglo XX, Teocaltiche aún se encontraba bien posicionado, pues todo el país estaba en auge, después de tantas revoluciones, intervenciones extranjeras, pérdida de territorio, revueltas, etc., por fin la tan anhelada paz y prosperidad se dio.
A pesar de que esta ciudad quedó fuera de la vía férrea, se seguía teniendo un gran comercio y varias fábricas, se encontraba el Banco de Londres y México, los almacenes de las Fábricas de Francia, grandes almacenes de mayoreo de abarrotes, ropa y gran variedad de utensilios para el hogar, herramientas de todas clases. Teocaltiche fue el distribuidor exclusivo de las máquinas de coser Singer, se tenían además grandes marcas propias en brandis y whiskys escoceses, líneas telefónicas, molinos de harina, fábricas de pastas y fideos, 19 mesones; en lo cultural floreció la orquesta del maestro Mejía y el cine.
Para 1904 inicia la construcción de la Plaza de Toros “El Renacimiento”, en 1905 es inaugurada consagrándose como una de las más bellas y grandes de México en su época.
Para 1910-1916 en el municipio de Teocaltiche, en la comunidad de El Rosario, se contaba con minas de estaño que fueron explotadas durante la época colonial, dejándose de extraer el metal en la Revolución. Es a partir de este suceso que el progreso y auge del municipio comienza a verse debilitado, primeramente se disminuyó considerablemente la arriería, lo que afecta el comercio y la riqueza que se había obtenido.
El domingo 13 de junio de 1913, el bandolero revolucionario Elías Ezqueda junto con un grupo de los mismos, tomó la población incendiando el Palacio Municipal, la administración de correos y la tienda “La Concordia”, mató a dos gendarmes del estado que le hicieron resistencia. Para 1914 continúan las tropelías con otros bandoleros como Francisco Juárez “el zurdo” y el Coronel José Félix Rodríguez Manzano, haciéndole frente el Capitán Francisco Rentaría, por mencionar algunos.
En 1914 al triunfo de la revolución constitucionalista desaparece la división política de los cantones, quedando la jerarquía de municipio a Teocaltiche y las comisarias políticas se transformaron en delegaciones municipales.
A pesar de que desde 1911 disminuyó la arriería, todavía en 1920 eran innumerables los arrieros que llegaban de día y noche con sus cargas de mercancía a pesar de que gran parte de los industriales y principales comerciantes habían emigrado por la inseguridad que reinaba en la población.
Para el año de 1923 los hermanos Jesús y Cosme Anaya, con gente armada, atacan la ciudad, todo esto durante los movimientos de los Generales Obregón y Huerta, debido a esto los representantes de este Ayuntamiento huyen ante el peligro, lo que provocó que se nombrara un Ayuntamiento provisional reconocido por la Secretaría de Gobernación.
Durante los años de 1926-1929 se presenta lo que vino a dar el acabose a la población, la persecución religiosa. El Presbítero Don Florentino Pérez estaba celebrando las festividades religiosas de Ntro. Padre Jesús Nazareno en agosto de 1926, cuando tuvo la noticia de que el Episcopado Mexicano ordenaba la suspensión de los cultos católicos debido a que no era posible el acatamiento de las nuevas leyes sin detrimento de los principios básicos de la Iglesia de Cristo.
Vino luego la reacción del pueblo católico dando inicio la persecución religiosa en la llamada Guerra Cristera. En toda la región hubo respuesta y Teocaltiche no podía permanecer en silencio pues Manuel Ramírez de Olivas estuvo encabezando el ideal de la “libertad de creer”.
El primero de noviembre del mismo año, Juan Ramírez de Huejotitlán proclamaba “Viva Cristo Rey, mi vida para qué la quiero”, ante el patíbulo de la “alameda”, por este hecho fue ahorcado. Acabaron de igual manera el arenero Don Vicente Reyes, Don Crescencio Luna y el pobre anciano Don Jacinto Cortés, esto sucedió en La Mezquitera camino a Mechoacanejo, excepto don Vicente que quedó en la Plaza Principal baleado por la espalda. El 23 de Agosto de 1929 terminó el conflicto.
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